Si el titulo esta bien elegido, quiero dar idea de que, cuando decidimos mudarnos, lo entendimos como punto final de un periplo que empezó hace años.
A mi mujer y a mi, siendo los dos nacidos y criados en Buenos Aires, siempre nos atrajo la idea de vivir en el interior; la tranquilidad del día a día, la cercanía en tiempo y espacio entre la vida familiar y la laboral, y la calidez del trato social eran los vectores de nuestras expectativas; la posibilidad de criar a nuestros hijos en esas condiciones no fue un incentivo menor.
Así fue que emprendimos la aventura en la primera oportunidad laboral que tuve y nos toco San Luis en suerte. No fue un tiempo largo, nada mas dos años, pero, cuando nos fuimos dejamos amigos que aun conservamos y nos llevamos una muy rica experiencia de vida.
Santa Rosa, en La Pampa fue la siguiente etapa. También por oportunidades laborales y también con un gran entusiasmo por asimilarnos a una sociedad con otros matices. Fue una buena decisión, vivimos doce años de los más felices de nuestra vida, se agrando la familia, crecieron los chicos en el ambiente que habíamos imaginado para ellos, sumamos muchos y muy buenos amigos y tuvimos oportunidad de ampliar campos de acción que fueron mas allá de lo estrictamente laboral.
La anteúltima etapa fue Balcarce donde también fuimos cálidamente recibidos y pudimos incorporarnos e incorporar nuevas relaciones. No fue poco tiempo, ocho años.
Vuelvo al titulo. Llego un momento en que, por varias razones, aparecía como razonable pensar en un destino definitivo, disfrutamos las experiencias pasadas pero también tuvimos claro que no somos nómades. La decisión no fue nada fácil porque por nuestro ánimo y nuestras cabezas pasaron muchas variables de peso, sobre todo las que tenían que ver con las experiencias vividas. Pero, paradójicamente, o no, jugamos una vez mas a la carta de lo desconocido y salió Tandil. Aquí estamos hace ya casi dieciséis años convencidos de que hicimos una muy buena elección y con muchas ganas de compartir nuestras experiencias con todas esa gente que está esperando un empujoncito para dar el paso.



