Acompañar la llegada: el rol clave de los municipios en la integración migrante

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Por Ezequiel Texidó*

Cuando una persona migra dentro del país, no solo cambia de casa. Cambia de escuela, de médico, de vecinos, de paisaje, de ritmo. Por eso, el acompañamiento que pueden ofrecer los municipios es tan importante: marca la diferencia entre un comienzo difícil y una integración con sentido de comunidad.

Acompañar bien a quienes llegan no es solo una responsabilidad ética. Es una apuesta al desarrollo local. Las ciudades que lo entienden construyen vínculos más sólidos, comunidades más diversas y economías más dinámicas.

¿Qué deben tener en cuenta entonces los municipios para gestionar la llegada de nuevos vecinos?

• Información clara desde el primer día

Mudarse a una nueva ciudad puede ser desorientador. Por eso es clave que los municipios ofrezcan puntos de información accesibles, donde las personas migrantes encuentren orientación sobre salud, educación, empleo, vivienda y servicios sociales. Las guías multilingües o digitales pueden ser grandes aliadas para facilitar este primer paso.

• Acceso a la salud, sin barreras

Un sistema de salud que incluya a quienes llegan es parte de una comunidad sana. Campañas de información, atención preventiva, acompañamiento en salud mental y atención a la maternidad son áreas en las que los municipios pueden actuar. También es clave capacitar a equipos de salud sobre derechos y diversidad cultural.

• Educación para integrarse (y proyectarse)

Niños, niñas y adolescentes migrantes tienen derecho a la escuela. Pero no alcanza con el banco: hace falta acompañamiento, docentes capacitados en diversidad, y programas que contemplen clases de idioma o tutorías para quienes llegan con trayectorias interrumpidas. La escuela puede ser un gran espacio de integración si está preparada para recibir.

• Trabajo digno y oportunidades

El empleo es una pieza central en cualquier proceso de adaptación. Los municipios pueden ofrecer talleres, ferias, asesoramiento para emprender o vinculación con empresas locales. Las personas migrantes tienen mucho que aportar, y facilitar ese camino es beneficioso para todos.

• Espacios para encontrarse

La cohesión social se construye cuando hay lugar para el encuentro. Festivales, ferias, actividades culturales, clubes de barrio… son excusas perfectas para conocerse, compartir y derribar prejuicios. Celebrar la diversidad es también una forma de fortalecer la identidad local.

• Garantía de derechos

Migrar no debería significar estar más expuesto a abusos o discriminación. Por eso, es clave que los gobiernos locales cuenten con personal capacitado, canales de denuncia y estrategias activas para proteger los derechos de quienes llegan.

Cuando los municipios acompañan, la migración se transforma en una oportunidad para todos. Porque integrar no es solo recibir. Es hacer lugar, escuchar, cuidar y construir comunidad.

* Ezequiel es sociólogo, magíster en Políticas de Migraciones Internacionales (UBA) y doctorando en Ciencias Sociales. Con más de quince años de experiencia en la Organización Internacional para las Migraciones, ha trabajado en el diseño e implementación de políticas migratorias en América Latina, combinando consultoría, investigación y docencia universitaria. Actualmente, es profesor en grado y posgrado en distintas universidades argentinas, y un referente en el campo de las migraciones en la región.