Cuando llegan nuevos vecinos: lo que las ciudades ganan con la migración

Por Ezequiel Texidó*

Cada vez que una ciudad recibe migrantes, algo se transforma. No solo para quienes llegan, sino también para quienes ya viven ahí. Porque la migración no es solo movimiento: es intercambio, encuentro, transformación. Y si se gestiona bien, puede ser una gran oportunidad para el desarrollo local.

¿De qué manera se benefician las ciudades que abren sus puertas?

• Una economía que se activa

Las personas migrantes traen consigo oficios, saberes y experiencias. Muchas veces llegan para cubrir vacantes en sectores donde escasea la mano de obra: construcción, agro, servicios. Otras veces, crean sus propios negocios y generan empleo. Su presencia dinamiza el mercado, amplía la base tributaria y estimula el crecimiento económico.

• Una vida cultural más rica

La diversidad que aportan no es un dato secundario. La gastronomía, la música, las costumbres y las formas de estar en el mundo de quienes llegan, se mezclan con lo local y generan algo nuevo. Esa fusión no solo se vive en ferias culturales o festividades, también alimenta la creatividad, el arte y la innovación cotidiana.

• Nuevas redes de cuidado

Migrar no es fácil, por eso quienes lo hacen suelen tejer redes de apoyo. Lo interesante es que esas redes también nutren el tejido social más amplio: asociaciones, espacios comunitarios, cooperativas. Así, lo que empieza como un soporte mutuo, termina fortaleciendo el vínculo entre vecinos y vecinas.

• Vitalidad demográfica

En muchas ciudades, la llegada de personas migrantes ayuda a revertir tendencias como el envejecimiento poblacional o la baja natalidad. La mayoría son jóvenes y activos, lo que es clave para sostener servicios como la salud, la educación y el sistema jubilatorio.

• Inclusión que potencia el desarrollo

El impacto positivo de la migración depende, en gran parte, de las políticas que se implementan. Las ciudades que promueven el acceso a derechos, el diálogo intercultural y el acompañamiento en la integración, son las que más aprovechan el potencial de sus nuevos vecinos.

¿Qué pasa cuando, en lugar de ver a los migrantes como una amenaza, los vemos como parte del futuro? Las ciudades que se animan a esa mirada no solo se transforman, se fortalecen. * Ezequiel es sociólogo, magíster en Políticas de Migraciones Internacionales (UBA) y doctorando en Ciencias Sociales. Con más de quince años de experiencia en la Organización Internacional para las Migraciones, ha trabajado en el diseño e implementación de políticas migratorias en América Latina, combinando consultoría, investigación y docencia universitaria. Actualmente, es profesor en grado y posgrado en distintas universidades argentinas, y un referente en el campo de las migraciones en la región.