Más allá del CV: por qué fracasan algunas relocalizaciones laborales

*Por Agustín Ribero

Cada vez más empresas trasladan talento a distintas ciudades del país, sea por expansión, reestructuración o búsqueda de eficiencia. Pero muchas veces, lo que comienza como una decisión estratégica termina en frustración, bajo rendimiento o incluso desvinculación. ¿El motivo? La relocalización se pensó solo desde la empresa, no desde la persona.

El error común: creer que alcanza con estar calificado para el rol

Una persona puede ser excelente en lo que hace, pero si no logra adaptarse a una nueva ciudad, esa excelencia se desdibuja. Cambiar de ciudad no es solo mudar muebles y cajas: es cambiar hábitos, vínculos, rutinas, incluso sentidos de pertenencia. Cuando este impacto no se contempla, la transición puede volverse cuesta arriba.

¿Qué suele faltar en los procesos de movilidad interna?

• Diagnóstico previo: evaluar la predisposición real de la persona (y su grupo familiar) a mudarse.

• Información clara: sobre el nuevo entorno, servicios, estilo de vida, costo de vida, oportunidades educativas, de esparcimiento y laborales para todo el grupo familiar.

• Acompañamiento integral: apoyo durante la toma de la decisión, la planificación, el traslado y la integración de todo el grupo familiar involucrado.

• Seguimiento post traslado: muchas empresas “bajan la persiana” una vez que la persona llega. Pero los desafíos recién empiezan ahí y hay que ayudar a transitarlos.

El costo del desarraigo mal gestionado

Las empresas que no se hacen cargo de la dimensión humana del traslado enfrentan rotación, desgaste emocional y pérdida de productividad. Pero sobre todo, pierden una oportunidad: la de fortalecer su cultura organizacional apostando a procesos más empáticos, sostenibles y con mirada de largo plazo.

Desde MIGRA lo vemos claro

No se trata solo de mover talento. Se trata de crear condiciones para que ese talento eche raíces. Por eso acompañamos a personas (y familias) en sus mudanzas, y ayudamos a empresas a diseñar procesos más responsables, humanos y exitosos.

Una mudanza laboral no es solo una operación logística: es una experiencia vital. Y como tal, merece ser cuidada.